Fajon Frio
La faja de gel frío está diseñada para reducir y eliminar los tejidos grasos concentrados en el abdomen y los oblicuos. Tonifica, afirma y endurece los músculos con solo 20 a 30 minutos diarios de uso, aprovechando los beneficios comprobados científicamente del frío para quemar grasa.
La faja de gel frío es un innovador dispositivo diseñado para reducir y eliminar los tejidos grasos concentrados en el abdomen y los oblicuos, ofreciendo una solución efectiva y conveniente para mejorar la apariencia estética y la salud física. Esta faja aprovecha los beneficios comprobados científicamente del frío para quemar grasa y tonificar los tejidos musculares, brindando resultados visibles con solo 20 a 30 minutos diarios de uso.
El frío aplicado de manera controlada tiene la capacidad de eliminar y quemar la grasa acumulada en el cuerpo. Cuando se utiliza durante al menos una hora diaria, se ha demostrado que el frío tiene el poder de activar el metabolismo, lo que lleva a la quema de grasa localizada. Por lo tanto, la faja de gel frío, al aplicar frío constante y uniformemente en el área abdominal y de los oblicuos, ayuda a descomponer las células grasas y a tonificar los músculos, mejorando la firmeza y la apariencia de la piel.
Además de su efectividad en la reducción de grasa y la tonificación muscular, la faja de gel frío también es beneficioso como tratamiento estético. La acción del frío sobre los tejidos es profunda y estimula la contracción de la fibra muscular, lo que contribuye a tonificar y fortalecer los músculos abdominales. Como resultado, se logra una consistencia más firme y una mejora en las características de la piel, promoviendo una apariencia más esculpida y definida.
El modo de uso de la faja de gel frío es sencillo y conveniente. Se coloca en el congelador previamente, y luego se ajusta alrededor de la cintura durante 20 a 30 minutos. Se recomienda usar una camiseta o franela de algodón durante las primeras aplicaciones para prevenir irritaciones en la piel sensible. Además, es importante evitar roces, golpes o caídas del producto mientras esté congelado o en proceso de congelación, y no almacenarlo de manera que altere su forma original.